sábado, 28 de marzo de 2009

Crónicas de la Batalla XVI - Por Zenituh


Y aquella tarde se formó un gran revuelo delante de la montaña de acero aquella que reposaba en tierra santa desde hacia meses y que según un pastor llegó volando. Los lugareños aseguraban que desde ella salían por las noches figuras humanoides de gran tamaño y no volvían si no era con alguna presa humana. Los dioses DEP se hacian llamar.

Un nutrido grupo de gentuza y mercenarios de todo pelaje se habían arremolinado y los amenazaban con antorchas esperando la hora de avanzar. Lo peor se habia reunido allí! Extrañas parejas se veían por doquier y , aunque en la cara de algunos soldados se adivinaba la obligación el hecho es que allí se encontraban.
Cuando la oscuridad se acercaba algunos buenas gentes se habían puesto del lado de los DEP. Eran voraces, si bien la gente les atribuia un pequeño sentido del honor,y seguramente la repulsa a la banda que les amenazaba habia hecho decidirse a mas de uno. Eran bastantes mas aún faltaban.

De repente algunos de los mas atentos pudieron escuchar el aullido de un lobo en el bosque. Sonó desgarrador y amenazante a la vez, pues largo tiempo llevaba esperando poderse expresar a gusto. Al momento extraños sonidos cruzaron la leve niebla que se había levantado:

-Ping.

-Ping.

PONG.PONG.

Como si de repiques metálicos de armaduras se tratase, detras de cada arbusto aparecía un valeroso guerrero. Cada mata, cada árbol, antes insignificantes parecian cobrar vida y materializarse en un guerrero y su montura. Eran los montaraces. Feos algunos, desaliñados la mayoría. Renegados para muchos, justicieros para unos pocos. No podía ni debían dejar que siguiera pasando esto. Solo han de quedarse sin hacer nada los hombres buenos para que el mal triunfe.

Y avanzaron.

Escrito por:
Zenituh, Montaraz de CTR

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