El duro día esta acabando,
el sol se esta ocultando,
dejando paso al temido frío,
el viento está agitando la alameda,
está agitando la corriente del río
que atraviesa bien
nuestras amplias tierras:
La trompeta derramará su nota
Por los rincones de los reinos,
reuniendo a los hombres,
ante el Trono del rey Argen,
su consejo de caballeros,
y damas de tan gran honra,
entorno a la igualdad y hermandad,
de la Taba Redonda.
Imaginad que hubiera un silencio,
y que entonces alguien hablaría...
¡Mantén tu fuego ardiendo!
La noche se echa ya por las veredas,
El silencio se tiende en los caminos,
Y hay todavía esperanzas rezagadas
Que en carrera agitada van volviendo…
de la batalla a su orden bien amada
mientras a lo lejos un centinela va diciendo
¡Mantén tu fuego ardiendo!
No te asuste la noche,
La mañana vestirá luminosa en su alegría;
Pero en tanto la luz va esclareciendo,
se oye una voz de centinela diciendo
¡Mantén tu fuego ardiendo!
Mantén tu fuego ardiendo centinela
Defiéndelo del viento, ¡te lo apaga!
Cúbrelo de la lluvia, ¡te lo ahoga!
Los senderos están fríos y oscuros
No se distingue nada, ni una huella,
los hermanos cansados e inseguros
el cansancio de vuelta hace mella
todos por el se guían ahora
de vuelta solo su calor añoran
después de una batalla sangrienta y fría
en su camino hacia su cofradía.
Wolfing, Poeta de la Orden
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